Hoy decido comenzar el viaje hacia ese origen que se me vino con nombre clínico, frío y horrible. Viajaré hacia esos primeros pasos, me encontraré conmigo y me abrazaré. Tenderé mi mano adulta hacia la niña recién venida que busca respuestas desde sus ojos marrones. Le diré que todo va a estar bien, que será muy feliz. Que reharemos el camino, de a poquito. Peinaré las ondas castañas de su pelo con mis manos para aliviarle su insomnio y jugaremos por la mañana, cuando busque en mi mirada un poco de amor. Le conseguiré lápices y cuadernos y dibujaremos el mundo en el que ella quiera vivir. Haremos un pájaro lleno de cielo, el abrazo de una mamá, un sol gigante y amarillo que brille, la mano calentita de la abuela. Bailaremos juntas, la llenaré de besos y acariciaré su espalda mientras busque dormirse a medianoche. Leeré sus cuentos, le diré que es tarde ya para las niñas, que puede cerrar los ojos. Que habrá tiempo de ser adulta, que no podrá comprender todo, que los adultos se equivocan.
Y que no tenga miedo, porque no estará sola jamás; habrá libros, amor, un papá con abrazos de roble.
No estarás sola,
vendrán a buscarte batallones de soldados
que a tu guerrilla de paz se han enrolado.
Y yo en primera fila de combate
abriendo trincheras
para protegernos, mi guerrillera.
No estarás sola,
te saludarán a tu paso en mil idiomas, con mil lenguajes,
la gente a la que despertaste en cada viaje,
los que dormían en las calles,
a los que preguntaste,
por su esperanza, por su desastre.
No habrá distancias
que no cubra cualquier hombre que te busque.
No habrá rincón en que tu nombre no se pronuncie.
No habrá misterio o duda en que tu presencia no luzca,
faro solidario en ausencia de paz,
en tiempos difíciles Estrella Polar.
Sola nunca, nunca estarás.
No estarás sola,
siempre habrá quien se parta en dos en cada despedida,
quien te de aliento cuando te des por vencida.
Tu revolución llenará sonrisas,
yo la incorporé a mis aperos
de trabajo, a mi vida.
Clava hoy tus raíces en mí.
Quién pudiera retenerte en Madrid.
Visitaremos lugares a los que hemos
ido antes juntos,
antes de conocerte,
antes de encontrarte.
No estarás sola,
siempre habrá quien te ayude a hacer las mudanzas,
quien te regale manos flores presencias sin pedir nada.
Y allí estaré para amarte,
y aunque no esté,
allí estaré para amarte.