miércoles

201

“A esta Paraná de poca monta le sobran cielos” dije.

Y es que son siglos de ceibos que no caben donde me voy. A vos que te prendés del pelo, te sigo con la mirada, Paraná castaña. Sos un mundo minúsculo de calles que terminan en jacarandaes suicidas que cortan caminos de cara al río. No puedo sacarte de mi cabello, te dije, Paraná verdusca y malhablada. Si te desbordan azules, ciudad absurda, y mi bicicleta los guarda en cajitas de ombú que aún conservo.
Me llevo tu llanto de sauce, tu guarida de media tarde. Tu recuerdo de mar. Me llevo tu deriva en esta valija llena de esquinas que suelo ser cuando me voy.
Cuando pregunten no podré hablar de vos. Y un nudo en la garganta me trenzará la palabra. Diré apenas que sos un camino sinuoso y azul.
 Y que llorás agudo, para no morir.






Con la boca cerrada, bajo el agua,
viene el túnel hundido cual lampalagua
cuando salga a la orilla paranaense,
entraremos al pulso de la corriente.
(y en el colmo del colmo su geometría.
asomada a los techos la lejanía).

voces de agua



ciudades dentro de ciudades dentro de ciudades 
cuencas, arroyos, bordes, grietas 
saltos de agua

Tuyucuá
hilos, tajamares, lagunas
peces
paraná, biguá, mba'erâ

sauces, cursos, jangadas 
maderas troncos deriva
ciudades fuera de ciudades
esperan
el agua
que viene de arriba pero no del cielo
del arriba que barre
del arriba
que se lleva puesto
todo a su paso
peces, aves, silencios
maderas troncos deriva
golondrina vientre remanso
canción
gurí
y todo
agua marrón
que busca el mar

y un cauce

viernes

lo que sí

ensayo
mi movimiento
la pereza
el sexo
el signo
el arrebato
lo que sí
palpita
en mis cortinas recién lavadas
chupo
la naranja 
dejando que el jugo vaya
a donde quiera
que el ácido corroa 
y limpie
y termine
en esta boca
que es mía
que es de ciudad 
de peces
que respiran
la certeza
del cuerpo
lo que sí
vive
y ve
lo que la sombra alumbra
en un cuerpo nuevo como noticia