La lluvia cobija un beso
en la sonrisa de la ciudad
y el río viene creciendo en mi corazón
escucho voces de agua
que hablan al niño que vive en mí
y cantan una tonada que no aprendí
yo no sé porque elijo para quedarme
un escondrijo de tinta azul
donde quietos peces vuelven la tinta luz
La lluvia destiñe el río
y se descuelga para buscar
los peces de luz
que escapan por la ciudad
*
*
Letra: Livia Vives (gracias por eso)
Anoche te vi. Estabas hermosa. Con una flor en la cabeza y con mis ojos encima.
ResponderEliminarTe escuché. Y sentí tu aroma. Ese perfume exquisito.
Sentí tu canto... y tu piel. Miré a mi alrededor. Pensé que estabas conmigo en las butacas.
Pero luego me di cuenta de era yo el que me quería trepar ahí arriba con vos. Bajo la luz y los cubos. En tu cabello.
Te quiero. Te espero siempre.
Yo soy fanático tuyo.
Nacho (con vos, mi amor).
Gracias por dejar tu huella por toda mi casa. Fue muy emocionante abrir la puerta y descubrir todos tus indicios. Me hiciste lagrimear.
ResponderEliminarGracias por los cartelitos también, que son otra huella más. Me alegraron el día. Como vos siempre lo hacés, mi amor.
Te amo!!!!
Nacho (ansiando un momento para compartir con vos).
Tres (Interludio)
ResponderEliminar"Mariana duerme. Y yo me tomo el atrevimiento de pensar que todas las mujeres deberían llevar ese nombre: Mariana. Mariana es el sueño de los poetas, rima con mañana y le gusta que la traten como a un personaje de novela. Mariana despierta y me descubre despellejando su literatura, la de su cuerpo y de su aroma, la de sus pasos y su larga siesta, la de sus ojos enclavados en el oriente."
Esto lo tome prestado de un amigo pueta, que tiene cierto amor por la mar y las marianas y las mañanas (www.indiciospanicos.blogspot.com).
Va un abrazo.
Na.-(la vecina enrevesada)