sábado

Sr.

No me extraña a mí.
Quizá las letras, quizá la luna. Pero no a mí.
Busca el espejo que nos vio, la historia que supo decirnos. Quiere encontrar en la canción una armonía, una mixtura de notas que le cuente lo que tuvimos y que la piel reaccione llenándole de viento el corazón. Quiere hallar la figura que armó, que se parece a mí. Quiere desafiarme a no quererlo y que se lo justifique con el último tango del reproductor. Pregunta dónde quedó nuestro abrazo: no era a mí a quien abrazaba, si no al Mr. Hide que lo miraba desde el lado opuesto del sexo con el deseo de quien se desea a sí mismo. No me extraña a mí. Seremos errantes toda la vida. No nos encontraremos jamás, porque somos extremos de la misma serpiente. Acaso si alguna vez nos dimos una mirada que nos atravesó el espanto y que se pareció  al amor, apenas.