domingo
Diálogo
Y fui al río, como Juanele. Estuve cara a cara con el espejo. Y le hablé. Y me hablé.
—A esta Paraná de poca monta le sobran cielos
(Siglos de ceibos que no caben donde me voy.
Ciudad de pocas luces, vos que te prendés del pelo, te sigo con la mirada
Paraná.
Castaña.
Mundo minúsculo de calles absurdas, vos que terminás en jacarandaes suicidas que cortan caminos de cara al río.
No puedo sacarte de mi cabello, te dije, Paraná verduzca y malhablada.
Te desbordan azules, ciudad subibaja.
Mi bicicleta los guardó en cajitas de ombú.
Me llevo tu llanto de sauce, tu guarida de media tarde
En esta valija llena de esquinas que suelo ser cuando me voy)
—Cuando pregunten no podré hablar de vos. Diré que sos una diminuta gabardina con aires de ciudad. Y que llorás agudo. Para no morir.
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